En épocas de cambios de estación, de oscilaciones bruscas de temperaturas, estrés o mala alimentación, los virus y bacterias pueden atacar con más facilidad a nuestro sistema de defensa.
Por ello, los suplementos de manera natural de algunos componentes de los alimentos nos vendrá bien para reforzar este sistema inmune más vulnerable en estas situaciones.
La doctora Vidales, responsable de la Unidad de Nutrición de la Fundación Tejerina, nos detalla qué alimentos debemos consumir para favorecer nuestras defensas:
Vitaminas:
Vitamina C: por su gran poder antioxidante y cofactor en multitud de reacciones del organismo. Está presente en frutas, pero sobre todo en las cítricas como el limón, naranja, kiwi, acerola, entre otras. Una buena opción es tomar licuados de estos cítricos una vez al día.
Vitamina D: su déficit se ha asociado a enfermedades digestivas y no olvidemos que en el intestino radica la mayor base inmunitaria del organismo. Además del sol como fuente principal de obtención de vitamina D, la podemos encontrar en alimentos como la yema de huevo, pescados azules, mantequilla y semillas de linaza, entre otras.
Minerales:
El hierro es un mineral de importancia vital en la defensa contra infecciones. Un déficit de este mineral puede provocar una anemia y hacernos más propensos a las infecciones. Lo encontramos en carnes rojas, jamón Ibérico o cerdo, moluscos (la almeja es la que más hierro contiene por cada 100 gramos), verduras de color verde, legumbres y frutos secos.
El zinc se encuentra en las células por todo el cuerpo. Es necesario para que el sistema de defensa del sistema inmunitario funcione adecuadamente. Participa en la división y el crecimiento de las células, al igual que en la cicatrización de heridas y en el metabolismo de los carbohidratos. Lo encontramos en carne de cerdo, chocolate negro, arroz integral, huevos, cangrejo, carne de caza o calabaza.
Probióticos: o bacterias buenas para el intestino. Nos protegen de las bacterias dañinas o de un sobrecrecimiento bacteriano. Ambas situaciones ponen en peligro nuestra flora intestinal haciéndonos más vulnerables ante infecciones. Los probióticos los podemos encontrar en el kéfir, yogurt y bebida de kombucha.
Otras plantas o alimentos que nos ayudan a reforzar inmunidad son la equinácea, la jalea real, el jengibre y la cúrcuma.