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La toxina botulínica es una de las herramientas más importantes para el médico estético actual en lo que se refiere a tratamiento de arrugas de expresión. Actúa relajando los músculos que producen estas arrugas, aportando al rostro un aspecto amable y descansado.
La indicación principal de la toxina botulínica es el rejuvenecimiento del tercio superior de la cara: previene las arrugas de expresión y facilita una mirada más alegre.
El objetivo principal es conseguir una distribución más armónica de los distintos elementos faciales (cejas, párpados, etc.), resultando una mirada más joven, y sobre todo, natural, desapareciendo el aspecto de cara cansada.
Tras más de 10 años de experiencia con este producto, cada vez se empieza a hablar con mayor fuerza del concepto de “BOTOX DINÁMICO”, que se refiere a la utilización de la toxina botulínica como un instrumento de rejuvenecimiento facial dinámico, destinado a la relajación selectiva de la musculatura depresora de la expresión, con lo que conseguimos una expresión alegre y más jovial.