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La radioterapia utiliza la radiación para matar células cancerosas. En general, las células cancerosas tienen menos capacidad de recuperación de los daños por radiación que las células normales. La radioterapia en el cáncer de mama tiene como objetivo destruir las células cancerosas utilizando radiación de alta energía a nivel local generada por un dispositivo de radioterapia.
El tratamiento complementario con radioterapia después de una cirugía conservadora de mama está muy recomendado para casi todas las pacientes. Generalmente, se aplica la radioterapia sobre toda la mama seguida de una irradiación adicional o “boost” del área donde el tumor ha sido extirpado.
Después de una mastectomía la radioterapia puede estar recomendada en función de las características del tumor y del estado de los ganglios de la axila.
La dosis de radiación que debe administrase es de entre 45 y 50 Grays (Gy). Esta dosis total se divide en fracciones y cada fracción se administra durante una sesión de radioterapia. El objetivo de administrar el tratamiento en fracciones es reducir el riesgo de daños importantes a los tejidos normales y aumentar la probabilidad de control tumoral a largo plazo.
La mayoría de las personas sufrirá pocos efectos secundarios que, en muchos casos, serán leves y desaparecerán gradualmente una vez terminado el curso del tratamiento.
El principal efecto secundario de la radioterapia del cáncer de mama es el enrojecimiento, la irritación o el picor de la piel del tórax después de tres o cuatro semanas de administración de radioterapia externa. Esto suele desaparecer entre dos y cuatro semanas después de la finalización del tratamiento. No obstante, la zona puede permanecer más pigmentada que la piel alrededor de ella.